domingo, 24 de junio de 2012

Techos de Almidon




De sol a sol era una realidad,
aunque cuando llovia proseguia la labor,
ya que nuestro techo no era el cielo,
nuestro techo era de almidon.

La noche gritaba tan fuerte,
que el no despertaba hasta oir silencio,
sus cualidades desnudas bestian su mente,
nunca fue a un cuartel, pero conocio bien el ejercito.
Paredes de hormigon, maquinas de otra epoca,
en esa nave el olor se almacenaba en palet,
y en el comedor, las miradas almaceban sudor,
los chikos del maiz me aguardaban,
camuflados entre maquinas de encuadernacion 1950,
me dieron la alternativa,
para someter a tanto años de arrogancia plebeya,
los sentidos empezaron a espiar,
siendo pasto de jefe y sargento,
todos pasabamos las mismas veces por la mazorca,
todos contabamos hasta nuestro recreo,
en las horas que librabamos la mente trabajaba en soledad,
no hay droga mas dura que aquella que te gusta,
no hay violacion mas dura que aquella consentida,
no hay mas necesidad que la del suicida de vida,
no hay mas castigo que cuidar mas a una maquina que a seres queridos,
la mente del agredido se acostumbro a ser agredida,
alli andaba drogado hasta el hedor que nos cubria.

 Hacer la mili estaba anticuado,
conocer mil y una guerras no era su pasado,
se puso a rendirle cuentas a los superiores,
cuando entre sus conjeturas no le rendian honores,
estaba asimilando mas realidad por segundo,
que durmierndo entre cartones vagabundo,
mendigando entre mendigos no era la peor opcion,
cuando maquina y realidad tocaban el acordeon,
guillotina, papelote y grapas, fueron la mejor de las lecciones,
el ruido del telefono caia del techo a voces,
un nuevo pedido, un nuevo dia de descanso despedido,
asi funciona la oferta y la demanda,
celebrar tu victoria entre derrotas,
fue una broma pesada,
asi como no recordar que un dia fuiste carne de cañon,
y pasaste malherido cobrando tus experiencias,
pero el trafico de personas,
no hay carretera de salida que lo aguante,
ni la velocidad con la que se hacia,
cromos de habilidad, que ellos llamaban trabajar.

La generosidad que hace compartir tu pedazo de libertad,
con quien comparte sudor,
transguedia un compromiso de necesidad,
aquella realidad burlona de pudor,
domesticaba nuestro dia a dia,
en el ambiente se masticaban chicles sin sabor,
el olor de tabaco a veces generoso te salvaba de la droga,
sabiamos bien que cosas hacian matar tu existencia y no llevan nicotina,
igual de consentidas y con distinto sentido critico.
Ser preso de tus argumentos innatos te hace primitivo,
adaptarlos a tu necesidad y silenciarlos, esclavo de tu voluntad.
aquello se sabia y fue el pez que se mordio la cola,
hasta verse discapacitado de morderse tanto la lengua que controlaba.


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